Galardonados

Richard Humleker lleva 33 años trabajando para The Center for Discovery, con sede en Harris (Nueva York). Discovery es una organización sin ánimo de lucro que atiende a niños y adultos con discapacidades graves, fragilidades médicas y trastornos del espectro autista. Discovery, que en su día fue un centro con 20 empleados y 14 niños discapacitados y con necesidades especiales, emplea hoy a 1.600 personas, atiende a más de 250 niños y 160 adultos en sus 50 residencias, y llega a cientos de niños y adultos más en régimen ambulatorio en sus escuelas y clínicas.

"Son personas con múltiples discapacidades y fragilidades médicas", dice Richard de quienes viven en las residencias. Algunos son tan frágiles que las estancias en el hospital son habituales. Otros padecen un autismo que desencadena comportamientos agresivos.

"Ocurren cosas tristes, pero el centro es un lugar lleno de posibilidades", dice Richard. "Esperamos que los niños y los adultos aprendan y crezcan. Creemos en la dignidad del riesgo".

A medida que ha crecido el reconocimiento del método de tratamiento del centro, también lo ha hecho su financiación. Algunos también atribuyen este aumento a la labor de Richard al frente del equipo de desarrollo.

"En uno o dos años desde que se convirtió en Vicepresidente de Desarrollo, estaba recaudando millones de dólares en donaciones", afirma Joe Mullen '64, que visitó Discovery el pasado otoño. "Hoy en día, los ingresos no restringidos recaudados se acercan a los 10 millones de dólares todos y cada uno de los años".

Richard prefiere que el protagonismo recaiga en quienes viven en el centro, en el equipo de médicos, enfermeras, terapeutas, educadores especiales y otros profesionales que atienden a los clientes las 24 horas del día y los 7 días de la semana, y en las familias y los donantes. Sin embargo, sus colegas y los simpatizantes de Discovery no están de acuerdo.

Janet Carrus, miembro del consejo de administración de Discovery y donante principal, describe a Richard como "una de esas personas extraordinarias cuya intención es garantizar una atención de calidad a todos los residentes de Discovery. Trabaja incansablemente para mejorar todos los aspectos de sus vidas".

Jim Cashen, Director de Artes Integradas de Discovery, trabaja con Richard desde hace dos décadas.

"Aportó ideas innovadoras y pasión por adaptar las actividades a los niños con más dificultades", dice Jim. "Todavía tenemos padres que vuelven a nuestra serie de conciertos de verano que Richard fundó hace más de 15 años. Sus hijos e hijas ya han fallecido, pero quieren estar en su presencia para reconfortarse, compartir historias, abrazos, música y, sí, amor."

Atleta en Minnetonka High School, a Richard le ofrecieron varias becas de fútbol y hockey cuando se graduó en MHS. Tras muchas deliberaciones, jugó en la Universidad de Minnesota durante una temporada antes de quedar apartado por las lesiones. Después de la universidad, empezó en Colorado y luego se trasladó a Nueva York, donde acabó aceptando un trabajo a tiempo parcial en los Catskills mientras esperaba una entrevista en una gran empresa de cable.

"Yo no era uno de esos chicos que sabía lo que quería", dice. "Mi consejo: Prueba varias cosas y al final sabrás lo que se te da bien".

¿Ese trabajo en Catskills? Cuidar a niños y adultos con discapacidades graves en The Center for Discovery.