Tonya Andruskiewicz dedica su vida a ofrecer oportunidades de deporte adaptado a niños con autismo y otras necesidades especiales. Es fundadora y propietaria de su propio negocio, FlexAbility Fitness, así como presidenta de dos organizaciones sin ánimo de lucro, West Metro Miracle Athletics e iCANhoop. Sin embargo, cuando Tonya se graduó en Minnetonka en 1992, no tenía ni idea de adónde la llevaría la vida.
Todo empezó cuando Tonya trabajaba como portera en el campo de los Minnesota Twins. Durante casi 17 años ayudó a supervisar quién podía entrar en el campo y a limpiarlo. En este trabajo conoció al legendario jugador de béisbol Harmon Killebrew, que sentía pasión por trabajar con niños discapacitados. Estaba muy implicado en la Miracle League, una organización que ofrece béisbol adaptado a los niños. Tras hablar de su trabajo con Tonya, Harmon la animó a participar. Pocos días después, se puso en contacto con la filial de la Miracle League en las Ciudades Gemelas, West Metro Miracle Athletics, y le pidieron que ayudara en un clínic que se celebraba en el campo de Bennett Park.
"Esa fue mi primera experiencia [con el atletismo adaptado] y me enganché inmediatamente. Era algo tan bonito en lo que participar", dice Tonya. Ese mismo año se convirtió en entrenadora de un equipo de West Metro Miracle Athletics y en miembro de la junta directiva de la organización. Unos años más tarde, le pidieron que se hiciera cargo de la organización.
En 2010, Tonya fundó su propia organización sin ánimo de lucro, iCANhoop, junto con Julie Hagen, madre de un graduado de Minnetonka con síndrome de Down. iCANhoop es una opción no competitiva para que niños y jóvenes con necesidades especiales practiquen ejercicios y juegos de baloncesto. El programa ofrece dos sesiones anuales, y ya cuenta con más de 60 miembros.
Lo que más le gusta a Tonya de iCANhoop es el vínculo que ve formarse entre sus atletas con necesidades especiales y los estudiantes de baloncesto de instituto que suelen acudir como voluntarios. "La conexión que ambos consiguen al hacer algo que ambos aman [es increíble]", afirma. "La inclusión es mi pasión, y siendo voluntario en una organización como ésta puedes ayudar a construir comunidades".
Hace unos años, Tonya también puso en marcha su propio negocio de fitness adaptado, llamado FlexAbility Fitness. Trabaja como entrenadora con adolescentes y adultos jóvenes que no pueden o no quieren ir a gimnasios normales, pero que siguen interesados en hacer ejercicio físico.
Tonya está agradecida por la increíble comunidad de personas que encontró en Minnetonka mientras estaba en el instituto, y por el apoyo que encontró en profesores y entrenadores. Su experiencia la ha animado a volver a MHS para ayudar a entrenar atletismo en primavera.
Tonya aconseja a los antiguos alumnos que devuelvan algo a la comunidad. "Crecer en Minnetonka es en gran medida un privilegio, así que asegúrate de volver y devolver a la comunidad lo mucho que te ha dado", dice. También insiste en la importancia de centrarse en lo que realmente te apasiona. "Nunca es demasiado tarde para perseguir tu pasión. Averigua qué te gusta hacer y busca la forma de hacerlo para trabajar".