A Frankie Torres (18), antigua alumna de Minnetonka High School, se le rompió el corazón cuando tuvo que renunciar a la oportunidad de cantar en la reunión de amigos de toda la clase de Minnetonka Schools de este verano con su grupo, Midnight Rambler. Ella no podía compartir la noticia en el momento, pero la razón era una emocionante oportunidad para ampliar sus habilidades de canto y actuación, así como para construir muchas nuevas amistades, como concursante en la temporada 26 del concurso de canto de la NBC, The Voice.
Uno de sus momentos favoritos de la experiencia fue su audición a ciegas, en la que consiguió un raro "giro de cuatro sillas". Tras cantar "Magic Man", todos los jueces del programa quisieron añadirla a sus equipos. "Fue increíble. No me esperaba el giro de cuatro sillas ni lo mucho que luchaban por mí", dijo Torres. "Fue mi mejor experiencia en el escenario. También fue divertido que Snoop Dogg me preguntara por el lago Minnetonka y Prince".
Torres, que asistió a las escuelas de Minnetonka desde los grados K-12 en Clear Springs Elementary, Minnetonka Middle School West y High School, siempre ha sentido amor por la música y la interpretación. Estuvo muy involucrada en el coro en la escuela secundaria, participando en Cámara, Concierto, y Dona Voce, el grupo de cuarteto femenino. "Aprendí mucho del coro de Minnetonka en cuanto a teoría musical y a mi propia voz", dice Torres.
También fue líder estudiantil de la serie Coffee House Concert del instituto, donde le encantó la variedad de estilos musicales que se representaban en una noche, "¡desde eléctrico hasta acústico!". Y concluyó: "Probablemente fue mi parte favorita de la música en Minnetonka porque podía actuar con mi banda de rock al completo y compartirlo con los demás. La comunidad allí era muy divertida".
Reflexionando sobre la decisión de presentarse a La Voz, dijo: "En realidad, me presenté por primera vez [al programa] en mi primer año de instituto y pasé algunas de las partes iniciales, pero luego me puse enferma". Más tarde, después de la universidad, una amiga de Torres se presentó a la 24ª temporada del programa, así que esta primavera decidió volver a intentarlo. "Fue una especie de capricho".
Formar parte del programa fue un largo proceso durante el verano, en el que todo el contenido que no era en directo se pregrababa. "Hice muchos amigos", dice Torres. "La unión me recordaba al coro del instituto, y el ritmo era go-go-go".
Torres llegó a las rondas eliminatorias de la competición. Lo más importante que aprendió durante su experiencia fue el valor de la confianza en uno mismo. "Estar en la industria de la música es difícil, y por eso estoy trabajando para tener confianza en mis elecciones, en mi talento y en todo el trabajo que he hecho, para tener confianza incluso con miedos internos".
Torres vive y trabaja en Minnesota, donde forma parte del personal del Centro de Desarrollo Infantil St. David, donde trabaja con jóvenes adultos con discapacidades físicas y mentales. Actúa con su grupo, Midnight Rambler, y está trabajando en su propia composición e interpretación. En el futuro, espera seguir descubriendo quién es como artista. "Quiero encontrar mi voz, mi mensaje y mi sonido, y no tener miedo de definirlos", dice Torres. "Mi mayor consejo para los demás es que no dejen que esas ansiedades profesionales futuras se interpongan en su camino. Es importante dejar de pensar que el arte es un hobby y creer que es una carrera. Lo que te echará para atrás no son las probabilidades, sino tus propios límites sobre ti mismo, así que ¡apártalos de tu camino!".
Fotos enviadas por cortesía de Frankie Torres