Al darse cuenta de la abundancia de espacios abiertos en el bosque de la escuela primaria Scenic Heights, Amy Altenburg, profesora de jardín de infancia y coordinadora de bosques escolares, vio una oportunidad de oro y la aprovechó.
El pasado mes de julio, Altenburg organizó un equipo de la comunidad de Minnetonka y de fuera de ella para ayudar a convertir ese espacio en un parque de hamacas que los alumnos pudieran disfrutar una vez comenzado el curso escolar.
"Tenemos mucha suerte de disponer de este espacio en el recinto escolar", afirma Altenburg. "Mi prioridad número uno era realmente sólo conseguir más estudiantes allí".
También participó en el proyecto Sam Gausmann (Hopkins '21), el Eagle Scout encargado de llevarlo a cabo. Le acompañaban Paul Hocker, su líder scout y padre de Minnetonka, así como sus amigos, sus padres, su abuelo y otros miembros de la comunidad. Su padre, Peter Gausmann, es el Instructional Technology Coach en Minnetonka Middle Schools East.
En busca de voluntarios que ayudaran a preparar e instalar las hamacas, Sam utilizó la aplicación Nextdoor Neighbor para encontrar a un paisajista jubilado, Thomas Modeen, que colaborara en el proyecto. Con su tiempo y su equipo, Modeen ayudó a cavar agujeros en el suelo para instalar los postes de madera que sostendrían las hamacas. Sam también contó con la ayuda del equipo de construcción y mantenimiento de Minnetonka, dirigido por Jim McCann, para segar el espacio y esparcir virutas de madera en la zona.
"La implicación de la comunidad en este proyecto ha sido un aspecto muy positivo", afirma Altenburg. Además de los generosos miembros de la comunidad que donaron su tiempo, la PTA de Scenic Heights concedió al equipo una subvención para completar este proyecto.
Con todas las interesantes perspectivas que ofrece el parque de hamacas, Altenburg cree que su incorporación al bosque escolar permitirá vivir experiencias educativas más enriquecedoras.
"Las aulas hacen cosas como Déjalo todo y lee [DEAR], y queremos animar a las aulas a que lleven sus libros al bosque y pasen el rato en una hamaca. Los alumnos también pueden llevar sus iPads, hacer fotos o simplemente pasar un rato libre", añadió Altenburg. "Para escribir, los niños más mayores podrían llevar sus diarios y escribir en las hamacas: las posibilidades son infinitas".
Tras un mes de duro trabajo y preparación, el parque de hamacas ya está listo para su uso. Gracias a todos los miembros de la comunidad que han hecho posible este proyecto.
Fotos cortesía de Amy Altenburg